No es un secreto que actualmente nos encontramos en una era liderada por la tecnología, por lo que muchos aspectos han cambiado con respecto a décadas anteriores.
El trabajo es un ejemplo claro de esto, ya que gracias al internet y los dispositivos de comunicación tenemos la opción de reemplazar el típico “trabajar duro” por “trabajar inteligentemente” para lograr el éxito laboral.
El trabajo inteligente consiste en optimizar el proceso laboral a una forma más fácil, automatizada y rápida. Todo esto apuntando a conseguir los objetivos trazados a corto y largo plazo.
El pilar fundamental para lograr esta metodología es la tecnología. Se requiere el uso de ordenadores, celulares y otros dispositivos para mantener una comunicación efectiva entre los trabajadores.
La filosofía también busca reducir al máximo la logística innecesaria del trabajo tradicional, como reuniones presenciales obligatorias, horarios de oficina, uniformes y procesos burocráticos. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, el trabajo se realiza en remoto.
Muchas empresas han optado por probar esta metodología debido a todos los beneficios que ofrece. Aquí repasamos los principales:
● Mejor gestión del tiempo:
La mayoría de los adultos hemos estado tanto tiempo cumpliendo largas jornadas laborales que es difícil imaginarse una vida productiva dedicando solo algunas horas al día al trabajo. Sin embargo, este es quizás el punto más fuerte del smart working.
Al sustituir las largas juntas por correos electrónicos y poder trabajar desde el sitio que se te haga más cómodo, se abre un mundo nuevo de posibilidades. Puedes aprender a administrar tu tiempo de la forma más conveniente para ti, tomando en cuenta tus necesidades y obligaciones familiares.
Además, te permite tener más tiempo para proyectos alternos, aumentar tus habilidades en otras áreas o simplemente tomarte un merecido descanso.
● Ahorro económico:
El trabajo inteligente es más barato que el tradicional, tanto para la empresa como para el empleado.
Por un lado, no requiere de grandes oficinas para docenas de empleados, ya que mucho del “trabajo de oficina” se puede hacer desde casa. Gracias a esto, también existe un ahorro en los suministros de papelería, artículos de higiene y refrigerios.
Incluso, el personal puede ser más reducido. Por ejemplo, algunos cargos, como el de recepcionista, ya no serían necesarios.
En cuanto a los trabajadores, pueden encontrar un ahorro significativo al no tener que gastar en gasolina o en el transporte público para trasladarse a diario a su trabajo. También pueden prescindir de uniformes o ropa costosa solo para cumplir con el código de vestimenta impuesto por la empresa.
● Mayor productividad:
Cuando una persona está serena y descansa adecuadamente es más productiva. Por esta razón, la flexibilidad que ofrece esta nueva filosofía, permite a sus usuarios trabajar de manera más eficaz.
Además, el sistema se basa en cumplir objetivos y no horarios. Por lo tanto, independientemente de cuánto tiempo, a qué hora y con qué vestimenta se haga, los empleados cumplirán con sus obligaciones. A fin de cuentas, lo importante son los resultados.
A pesar de los muchos beneficios que este sistema ofrece, hay que enfrentarse a algunos retos.
En primer lugar, para muchas personas puede ser difícil adaptarse a trabajar a su propio ritmo. Puede aparecer la peligrosa procrastinación, la cual no permite mantener un buen rendimiento en las responsabilidades diarias.
También es posible que se vea afectado el trabajo en equipo, puesto que no tener contacto directo con los demás puede parecer impersonal para algunos de los empleados.
Sin embargo, estos obstáculos se pueden superar con herramientas para mejorar la concentración y el uso de técnicas organizacionales. Con respecto a las relaciones laborales, se pueden establecer reuniones (presenciales o en remoto) una vez a la semana o utilizar recursos amigables, como grupos de WhatsApp, para lograr un ambiente más acogedor.
En otro orden de ideas, tenemos la dependencia a la tecnología. En los países del primer mundo puede no suponer ningún problema, pero en otros es posible que haya trabas debido a esto.
Para aplicar el smart working de manera efectiva, es necesario tener una conexión a internet estable y rápida, además de un dispositivo con un buen procesador. Si algo de esto falla, debes tener una segunda y tercera opción para solucionar el problema lo antes posible.
Como puedes ver, el trabajo inteligente puede ser, sobre todo, provechoso. Solo requiere compromiso y responsabilidad contigo mismo. Aparte, la metodología está siendo adaptada por numerosas empresas, por lo que posiblemente se convierta en el futuro de la nueva era laboral.
Así que, si tienes la oportunidad de probar este método de trabajo, te recomendamos no dejarlo pasar por alto.